La participación
afectiva y emotiva de una persona en la vida de otra, sintonizarse en el mundo
interior del otro, la habilidad de expresar calidez y comprensión para ver las
cosas desde otro punto de vista, es empatía. Todos y todas los utilizamos en
mayor o menor grado a través de las palabras de los gestos. Para entender el lenguaje verbal, corporal y
gestual de los demás y conectarse se requiere tener la capacidad de observar,
comprender y expresar EQUILIBRADAMENTE y
sin reprimirlas las propias emociones, teniendo conciencia de uno mismo y
capacidad de automanejarse.
Durante los
primeros meses de vida por un proceso imitativo se llora o se ríe, esto será el
precursor de la empatía, a partir de los dos años ya se puede distinguir el
dolor ajeno del propio, se muestra algo consciente de las emociones ajenas o la
ignora. De allí surge que el descuido emocional de los padres hacia los hijos
(as) da lugar una empatía deficiente, abuso emocional, a través de chantajes,
amenazas y humillaciones puede generar una excesiva sensibilidad de dependencia
de los sentimientos ajenos. El
aprendizaje de las emociones depende de las respuestas que se revisan ante situaciones de conflicto; el decir “eso no se hace” se fomenta la
indiferencia es aconsejable ser más preciso y claro Te has dado cuenta que le
has hecho daño a….”, de esta manera se crearía una mayor conciencia.
La Carencia de
sintonía emocional en la familia es decisiva, si los progenitores muestran poco
o ninguna empatía cuando el hijo (a) llora ríe o manifiestan que lo abracen,
dejara de expresar e incluso sentir sus
emociones, con lo que tenderá a encerrarse en si mismo.
La empatía puede
mejorarse y desarrollarse si aprendemos a manifestar nuestras emociones,
incorporando al vivir diario hábitos que la fomentan y erradique las conductas
que la bloquean.
Claves para fomentar la empatía:
Utiliza expresiones tales como:
“lo siento”, “me alegro” o preguntas tales como: Como te sientes? , puedo ayudarte?
Evita comentarios frívolos y
prematuros.
Usa el cuerpo, para sintonizar una
actitud de atención y acercamiento.
Gestos de Apoyo, como la sonrisa o
la seriedad dependiendo del caso.
Contactos físico sin invadir, de manera oportuna y
las muestras de afecto.
Contacto visual, en vez del
sermón, críticas o interrogatorios.
Mantente receptivo obviando las
suposiciones fijas y egocéntricas.
Escucha al que necesita hablarte.
Manifiesta tus sentimientos con sinceridad y
dejando que las emociones se expresen sin reprimirlas.
La empatía es vital
para el bienestar emocional porque ayuda en:
Solución de Conflictos: Al mostrar capacidad de dialogo y comunicación
y estabiliza los momentos de tensión y el aceptar críticas y opiniones ajenas.
Mejora la comunicación.
Elimina la soledad no deseada que
lleva a la depresión.
Enriquece la vida social
fomentando el respeto a las normas sociales.
Aumentan el bienestar vital al
mejorar la interacción entre familia, amigos, compañeros y pareja.
Quienes son capaces
de ponerse en el lugar del otro u otra, sin que
les invadan las emociones propias, observar situaciones sin experimentar
necesariamente una respuesta afectiva, manifiestan una empatía realista con un buen manejo de si mismo y de sus acciones.
Profa: Mildred Guarate
Orientadora/Jefa del Dpto. PYDE
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